Tu clara identidad misionera me sedujo y caí rendida a tus pies. Con el paso de los años, te he ido conociendo más a fondo, amo la bondad de tu corazón, la grandeza de tus ideales, tus deseos profundos arraigados en el corazón de Jesús y sobre todo el celo misionero que te hace salir de ti misma y de tus fragilidades para llegar a los más pobres, los más alejados y desfavorecidos . Con ellos compartes tu vida, a ellos haces llegar el amor incondicional de Dios, a ellos les devuelves su dignidad de persona humana.
Me gusta el espíritu sencillo y familiar que se respira en nuestras comunidades. Gracias por haberme enseñado a seguir a Jesucristo y a descubrirlo amándome en la gente sencilla, enferma y pobre de Poipet (Camboya).Desde esos años que tú llegaste por primera vez a mi ciudad, Surat, conocías muy bien y querías mucho a mis padres, hasta puedo decir que tú me conocías antes de que yo naciera. No tenía nada que esconder de ti, tú conocías mi historia. Conocías mi lado positivo y mi lado no tan positivo. Y yo, también empecé a conocerte desde mis días de la escuela y en la parroquia. Sabes, desde el primer momento me atrajo tu celo misionero y la alegría que reflejabas en todo momento. Me llamaba la atención tu ternura y cariño con que me tratabas.
Me emocionaba verte hablar de Jesús con tanta dulzura y entusiasmo que se notaba que eras profundamente enamorada de Él.Perteneciendo a ti, yo he ampliado mis horizontes y me siento privilegiada y parte integrante de un Cuerpo internacional y multicultural.
Espero que siempre me darás lo que necesito, para que el camino que sigo perteneciéndote, esté lleno de sentido, para que el Reino de Dios se extienda y llega a los corazones que aún no Le conocen.Voy recordando …… mi atracción temprana al Sagrado Corazón de Jesús, … a las Misiones… acogió generosa-mente mis deseos, algo confusos , pero irresistibles de hacer la voluntad de Dios …. en las Misiones.
Otro testimonio que he recibido de ese “evangelizar amando” que el Señor me hace reconocer y agradecer.¿Qué ha sido para mí la Compañía Misionera? Veo como el camino que me ha llevado a mi vivencia actual. Un camino en el que no han faltado sombras y luces, momentos difíciles y alegrías grandes. Un camino que Dios ha puesto para mí y en el que he podido vivir de todo. Hoy al pensar en ello, me sale un gran agradecimiento.
Después fue mi trabajo en la Leprosería de India y mi contacto con tantas personas que, fui descubriendo más y más.Me abre a los tesoros de su Corazón y a poder descubrir lo secreto de su SER. Su amor incondicional y misericordioso hacia mí, son un don muy grande y me hace sentir que me acepta como soy.
Al despedirme de mi familia, mi hermano me dijo: “No te preocupes, te sentirás como en casa”. Si, así ha sido. En el número 12 de nuestras Constituciones lo expresa: “En la Compañía se vive la fraternidad en espíritu de familia, su sencillez, alegría y apertura, al estilo de Jesús”. Mi hermano pronto captó este espíritu al ver el ambiente en las hermanas.Te conocí por casualidad, fue en la Facultad de Medicina de Madrid, allí me encontraba yo un poco perdida, me alegré al ver a una Religiosa: Emilia Martínez, me acerqué a ella, conversamos largo, me entusiasmó tu exclusividad misionera. Ya no me olvidé de ti y pasados unos tres años a ti acudí.
Sí, mi querida Compañía, me he sentido muy feliz los 49 años vividos en la Selva Amazónica del Perú, con el mundo Awajun y Wampis. Cómo gozaba visitándolos en sus Comunidades Indígenas, desde mi Santa María de Nieva. De esos pocos hombres y mujeres aprendí a compartir desde lo poco que se tiene.Supe que en la Loma y en Tarancón tus misioneras eran alegres, unidas, muy muy pobres y tenían un celo y espíritu muy universal que abrazaba todo el mundo . Empecé a ver que mis anhelos de ser religiosa y misionera pudieran ser realidad en ti.
Las objeciones de la familia eran muchas y muy reales, Mi única contestación era que Dios me llamaba ahí y además me gustaba su espíritu universal.Desde el principio, querida Compañía me hiciste sentir que formaba parte de tu familia…la Madre Pilar, era tú presencia más viva que con su gran corazón me hacía abrir el mío al mundo entero y concretamente hacia los más pobres y los que sufren.
Hay algo muy bonito que tú nos hacías sentir querida Compañía cuando veníamos a participar de tu vida, ya nos sentíamos misioneras, y aun conociendo las situaciones difíciles de misión lejos de sentir temor, vivíamos con la ilusión de partir cuanto antes a la misión. A mí me enviaste a Colombia: Docordó, Pichimá, Callelarga, Guapi, y Medellín para sanar y vivir entre los pobres mi entrega al Señor.Considero un gran Don de Dios haberte conocido en el camino de la larga búsqueda o peregrinación espiritual de mi vida.
Durante este tiempo de espera fui haciendo un discernimiento sobre qué Congregación elegir y en ese momento crucial me llegó providencialmente LA GRAN LUZ DEL SEÑOR al leer en una sencilla revista de la Asociación de Enfermos Misioneros que LA COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS era una CONGREGACIÓN RELIGIOSA EXCLUSIVAMENTE MISIONERADesde 2008 que yo estaba en el Liceo, tú nombre y Carisma me atrajo . Estuve consternada y mi vida toda entera cambió.
Poco a poco, me doy cuenta de la transformación y la evolución de mi persona desde tu ayuda y apoyo. Tu carisma se hace vida en mí. Tú me ayudas a percatarme que el solo lenguaje que debo emplear es hablar de Dios que es Amor, sin el cual no puedo hacer nada.
Mi experiencia misionera en Marruecos que me ha ayudado especialmente para entender la responsabilidad de la experiencia vivida del evangelio que se vive sin palabras. A vivir el respeto de la diferencia en nuestra profesión de fe en unión con las hermanas que me has dado para apoyarnos y caminar juntas.…Le expuse el deseo que tenía en mi corazón quería:
_ Una Comunidad pequeña. _ Dedicada a la evangelización dando a conocer a Jesucristo en lugares alejados y pobres. _ Que tuviera tiempos fuertes de oración. _ y una vida de buena relación.
El con toda honestidad me dijo que no conocía una comunidad así. El Sacerdote que me acompañaba había trabajado con María Luisa Picón en la Pastoral cuando era seminarista, pero parece "se le había borrado el casete”, pero un día después de hablar sobre mi vocación, llegó a su casa, entró a su biblioteca y al azar buscó algo para leer, y encontró:
El perfil del Apóstol hoy. LA MADRE PILAR NAVARRO le había obsequiado ese libro el día de su ordenación Sacerdotal. El al instante me llamó diciéndome: "Sonia, ya sé cuál es la comunidad que tu buscas, se llama Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús",
Mi corazón está lleno de gratitud hacia ti. Eres parte de mi vida y soy bendecida por ti, estoy orgullosa y feliz de que te pertenezco.
Mi corazón nunca se cansa de agradecer al Señor por haberte conocido. Cuando pienso en ti, el recuerdo de mi infancia,estuviste presente en mi aldea y otras aldeas vecinas, como la luz de Dios. Has proclamado la Buena Nueva y el amor de Dios. De niña había jugado contigo bajo el árbol, me has enseñado catecismo. He crecido contigo. Cuando nos visitabas, de tu mano fui visitando contigo las familias. Aun puedo ver tu cara llena de entusiasmo, llena de vida, llena del Espíritu de Dios. Con un corazón agradecido, quiero decirte que los gamits de las áreas de Vyara y Songadh se han beneficiado mucho de ti y a través de ti. Has plantado las semillas de la fe y hoy están dando frutos . Cuando pienso en mi Llamada, siempre siento que eres parte de mi vida aun antes de conocerte y a través de ti, he experimentado el amor de Dios en mi vida. Por ti Dios sembró las primeras semillas de la vocación en mi vida religiosa.